No obstante, desde que gran parte del funcionamiento de un vehículo es controlado desde un ordenador central, esta mejora de la potencia ha podido hacerse introduciendo pequeñas modificaciones electrónicas, como el chip tuning del motor. Este elemento hace que un propulsor sea capaz de sacar todo el rendimiento que lleva dentro, motivo por el cual resulta aconsejable conocer su funcionamiento.
Dónde se instala
Pero lo primero es saber en qué zona del coche se coloca este dispositivo de mejora. Lo único que hay que saber para realizar esta tarea es ubicar exactamente la centralita del modelo que se vaya a mejorar y proceder a desconectar los cables que le envían la información desde el resto del coche. Los chips vienen acompañados de cables para realizar la conexión de nuevo, y es que esta pieza debe entenderse como un puente entre el automóvil y su ordenador de a bordo, por lo que su lugar es justo en la entrada de la información enviada por los distintos componentes del coche.
Cómo funciona el chip para aumentar la potencia del coche
El chip de potencia altera la información recibida por el ordenador haciéndola más eficiente. A la unidad de memoria del coche llega información que hace que el sistema de inyección, la cantidad máxima de revoluciones que se pueden alcanzar o la cantidad de gasolina usada para la mezcla varíen. El chip actúa modificando los parámetros que este ordenador trae de serie para adecuarlos a un rendimiento más deportivo. Hay que tener en cuenta que todos los modelos suelen presentar una rebaja de sus prestaciones reales, algo que se debe a la búsqueda de bajo consumo y menos emisiones contaminantes.
Rendimiento mejorado
El chip tuning del motor trabaja directamente para sacar todo el potencial del motor, aunque esto no significa que se ponga en riesgo la integridad del mismo. Elegir el chip adecuado y seguir los consejos de un experto es fundamental para obtener los beneficios que este elemento puede proporcionar. Entre ellos se encuentran una mejora de la velocidad punta y una aceleración más efectiva. La ganancia total de rendimiento suele situarse dentro de un margen del 5 % o del 10 %, aunque hay modelos que son capaces de mejorar sus prestaciones hasta en un 20 %.