El motor de gasolina tiene una mecánica más sencilla que el de diésel, pero tampoco está libre de estos percances. Por ejemplo, suele ser bastante común que las bujías estén en mal estado o que existan fugas de aceite o líquido anticongelante en los circuitos internos, situaciones que ponen en peligro tanto al conductor como a los pasajeros que viajan en el interior.
Problemas de motores diésel
El caso de los motores diésel es bastante significativo. Para empezar, piezas como el sobrealimentador turbo pueden generar problemas a los que no tienen que enfrentarse los conductores que eligen los propulsores de gasolina. Entre otros problemas en los motores tampoco hay que olvidarse de la obstrucción del sistema DPF. Se trata del filtro de partículas que se sitúa en la zona de escape del motor, un elemento que ha incidido en que sean muchos los problemas del motor diésel que terminan con una visita a un taller especializado. La centralita electrónica, en modelos de gasolina y de gasóleo indistintamente, es otra pieza bastante delicada, ya que controla parámetros tan importantes como la inyección de combustible, por lo que cualquier avería en ella debe ser solucionada rápidamente, si no se quiere sufrir una complicación de mayor envergadura.
Problemas de motor de arranque
Con el motor de arranque de los vehículos hay que tener un especial cuidado. Siempre que se note que a un coche le cuesta demasiado arrancar o que hace ruidos raros a la hora de girar la llave en el contacto, se debe visitar un taller para descartar posibles averías en el motor de arranque, en la batería o en el alternador. Esta última pieza es la que se encarga de mantener la carga eléctrica de la batería estable y disponible para que el coche pueda usarla. Si no se encuentra en buenas condiciones, la batería no cumplirá su función a la hora de facilitar la puesta en marcha del motor de arranque. Pero este componente también puede estar deteriorado, por lo que la revisión se hace ineludible.
Conclusiones
Lo mejor que hay para prevenir las fallas más comunes en un motor es someterse periódicamente a revisiones impuestas por un experto. Además, a la hora de montar nuevas piezas en el coche nunca se debe perder de vista la vida útil que los fabricantes señalan para componentes como la batería, el motor de arranque o cualquier otra. En el caso de un vehículo diésel, el mantenimiento del filtro de partículas es muy importante. Para ello se recomienda sacar el coche frecuentemente a carretera y conducir a altas revoluciones al menos durante 15 o 30 minutos, para que esta pieza cumpla su tarea de autolimpieza evitando que las obstrucciones acaben con ella.