El continuo contacto del piloto con la carrocería o los poco importantes roces que suelen recibir son los motivos que hacen que la pintura de una moto vaya perdiendo su brillo y se llene de diminutas imperfecciones. Esto conduce a un deterioro que puede llegar a provocar problemas más graves como la aparición de óxido, así que es aconsejable pulir las zonas pintadas con cierta frecuencia.
Materiales necesarios
Esta es una tarea para la que no son precisos demasiados materiales. Es sencillo incluso encontrar kits con todo lo que se va a utilizar preparados en las tiendas especializadas. Pero si se quiere disponer de los materiales individualmente, nunca hay que olvidarse de un trapo que no deje restos sobre superficies metálicas, tres lijas de distintos granos y un buen líquido de pulimentar. El polish, como también se llama a estos pulimentos, es un preparado con agentes abrasivos que actúa sobre los arañazos y los pequeños desperfectos reparándolos y recuperando el brillo original que la pintura tenía cuando la moto salió a la calle por primera vez.
Pulir pintura de la moto fácilmente
Una vez que se han reunido todos los materiales necesarios, y antes de iniciar el trabajo, es obligatorio limpiar a conciencia la carrocería de la motocicleta hasta no dejar ningún rastro de suciedad. Después de dejar limpias y secas las zonas que van a ser pulidas, se lijan suavemente describiendo siempre movimientos en una sola dirección. El lijado debe ser progresivo y no demasiado agresivo, ya que lo que se desea es retirar la película superior de la pintura donde se encuentran los arañazos sin dañar las restantes capas. Cuando se haya concluido el proceso de lijado, se aplica el pulimento con un trapo especial y se deja actuar hasta que esté seco. Retirar el producto y limpiar de nuevo la moto son los últimos pasos.
El resultado de pulir la moto a mano
Como es evidente, pulir la moto a mano devuelve un brillo a la carrocería que permitirá que el vehículo recobre ese aspecto que tenía cuando su pintura no contaba con ningún desperfecto. Este detalle estético, importante para los propietarios, se acompaña también de una utilidad que puede evitar el temprano deterioro de la carrocería. Los arañazos son la puerta de entrada del óxido, ya que la capa protectora del metal de la moto se pierde con ellos. Así, un pulido a tiempo es una forma más de realizar el mantenimiento de una motocicleta.