Para reparar abolladuras en el coche es preciso observar cada detalle, la trayectoria del golpe, la zona donde se localiza y, a partir de ahí, decidir el tipo de tratamiento idóneo.
Principales causas de las abolladuras
Los daños en las carrocerías de los coches se producen de muy distintos modos. Uno de los más frecuentes son los producidos por otros vehículos, por ejemplo por la apertura de puertas de los automóviles cercanos estacionados en garajes. Asimismo, ciertos apoyos suaves al maniobrar pueden traducirse en roces o bollos antiestéticos para el coche. El granizo es otra fuente de disgustos, lo mismo que, ocasionalmente, un balonazo, una pedrada o el apoyo imprudente de determinados objetos pesados sobre el maletero, el techo o el capó.
Todas estas situaciones suelen terminar del mismo modo: buscando la manera idónea para sacar esas abolladuras. Acudir a un taller de chapa y pintura es la opción más natural; sin embargo, se están difundiendo trucos caseros para arreglar las abolladuras de los coches sin acudir a estos profesionales. Sacar abolladuras de este modo implica asumir el riesgo de hacerlo mal, equivocarse o producir un daño mayor del que se intenta arreglar, si bien es cierto que supone ahorrar un buen dinero y, si se elige correctamente el procedimiento y se tiene la suficiente pericia, un plus de satisfacción personal al haber resuelto el problema.
Algunos procedimientos caseros para arreglar la abolladura del coche
Si uno se pregunta cómo reparar abolladuras en el coche y se está decidido a probar un método doméstico, conviene probar con el sistema del agua caliente. Parte de la idea de que, salvo en casos excepcionales en los que la pieza se ha roto, el plástico es flexible y puede recuperar su posición inicial. Para conseguirlo se preparan varios litros de agua calentísima, en su punto de ebullición, y se vierten reiteradamente sobre la zona abollada. Después, se aprieta con fuerza la pieza en dirección contraria al bollo, hasta que regresa a su aspecto inicial. Todo ello hay que hacerlo bajo estrictas medidas de seguridad -por ejemplo, guantes-, para evitar quemaduras. El resultado suele ser muy bueno, ya que se consigue sacar el bollo aunque, lógicamente, los rasguños permanecen.
Otras personas intentar arreglar la abolladura del coche combinando el agua hirviendo con un desatascador: tras rociar con el líquido elemento caliente, se succiona la chapa, repetidamente, con este utensilio hasta alcanzar el éxito. Otra técnica similar para sacar abolladuras se basa en el uso de un par de secadores de pelo y disolvente: mientras se aplica calor sobre la superficie tratada, se aplica fuerza inversa sobre la abolladura para devolverla a su estado idóneo. Existen sistemas más complejos y sofisticados como el hielo seco, el aire comprimido o el dióxido de carbono que también funcionan bien para sacar abolladuras. Sin embargo, como ya se ha mencionado, un método mal aplicado puede acrecentar el problema inicial. Así que conviene asegurarse de que se tiene claro antes de intentar arreglar un bollo en el coche por uno mismo. En cualquier caso, solo recordar que los talleres de chapa y pintura siempre están ahí, cuando se necesitan, para poner las cosas más fácil.