A medida que el parabrisas delantero envejece y se va llenando de pequeños impactos, puede llegar ser incomodísimo para conducir, sobre todo con lluvia o con el sol de cara, poque las imágenes quedan difuminadas y se forman halos.
Esta molestia puede suponer incluso la rotura del parabrisas, por lo que se deben anticipar problemas como este antes de que la situación vaya a mayores. Los cristales delanteros o traseros de un vehículo pueden estar deteriorados por muchos motivos. No es extraño encontrar parabrisas rayado por escobillas, cristales delanteros a los que la continua exposición a la intemperie ha dañado profundamente u otros que, simplemente, han sufrido la agresión de cualquier objeto que ha provocado una raya en su superficie sin llegar a romperlos.
Por todo ello, nunca está de más saber cómo pulir un parabrisas, y es que esta sencilla tarea puede llevarse a cabo sin tener que salir de casa ni llevar el coche al taller, todo con una serie de productos de fácil acceso capaces de dejar los cristales como nuevos.
¿Qué se necesita para el pulido de parabrisas?
Las herramientas necesarias no son demasiadas y pueden encontrarse fácilmente en lugares especializados en automoción. Además, existen kits que ofrecen la oportunidad de hacerse con todos los componentes necesarios para realizar esta tarea de una sola vez, una opción bastante cómoda. Un par de trapos limpios, un producto para limpiar la superficie del cristal y distintas almohadillas de pulimentado son accesorios indispensables. El pulimentado puede efectuarse a mano o con máquina, por lo que dependiendo de la elección se optará por almohadillas aptas para cada clase de trabajo.
Por último, es necesario adquirir un buen líquido de pulimentar cristales. Esta es la elección más importante de todas, ya que, al fin y al cabo, será este producto el que consiga eliminar eficazmente las marcas de los cristales dañados. Existen muchos diferentes en el mercado, aunque lo habitual es que utilicen una combinación de ceras y micropartículas abrasivas capaces de eliminar arañazos en el cristal. Conviene tener cuidado en la elección, ya que usar líquidos de pulimentar chapa o de cualquier otro tipo es peligroso y podría deteriorar fácilmente la superficie de los parabrisas.
Cómo pulir los parabrisas fácilmente
Pulir los parabrisas no es una tarea complicada en absoluto y, además, sus resultados son sorprendentemente notables influyendo en que la conducción sea más cómoda y segura, por lo que es aconsejable realizar este trabajo de vez en cuando como una forma de mantenimiento de los cristales. Para pulir el parabrisas rayado, lo primero que debe hacerse es limpiar con jabón o con un producto especial para cristales toda su superficie. Así se eliminarán partículas que podrían rayar aún más la luna del coche, por lo que esta tarea debe llevarse a cabo con esmero hasta que la superficie esté limpia y quede seca.
A continuación ha de aplicarse el líquido de pulimentar vidrio en la zona afectada. Si se quiere reparar el parabrisas rayado en su totalidad, es aconsejable aplicar poco a poco este producto para evitar que pierda sus propiedades. La pasta de pulimentar debe aplicarse manualmente o con una pulidora eléctrica usando las almohadillas adecuadas. Con ello se conseguirá eliminar las rayas gracias al efecto abrasivo del líquido. Dejar que la pasta actúe durante media hora al menos es uno de los últimos pasos para saber cómo reparar un parabrisas. Posteriormente, basta con limpiar con un poco de agua el cristal y retirar los restos del líquido para disfrutar de unas lunas completamente transparentes en el coche.
Resultados y consejos de mantenimiento
Pulir los parabrisas es una acción a la que puede recurrirse en caso de emergencia siempre que las lunas del coche estén afectadas por pequeñas imperfecciones. Sin embargo, tampoco es desaconsejable tomar este trabajo como algo habitual para disfrutar siempre de unos parabrisas en perfecto estado. Para ello se recomienda pulir los parabrisas cada seis meses aproximadamente de una forma suave. Pese a que no existan rayas en la superficie del cristal, repetir esta acción es ideal para permitir que los cristales estén siempre en perfectas condiciones y puedan llevar a cabo su cometido con mayor efectividad. Los resultados serán fácilmente observables.
Las líneas provocadas por los limpiaparabrisas o los arañazos fortuitos desaparecerán, lo que evitará que la luz se refleje en el cristal de forma peligrosa e inadecuada. Además, aumentará la resistencia de las lunas del coche al eliminar los puntos débiles ocasionados por rayas o impactos.