Seguramente esta sea una cuestión conocida para ti: vas circulando por la autopista y de repente oyes un golpe. Echas una primera ojeada y cuando te das cuenta, ahí está, el chinazo en pleno parabrisas. En ese momento tu cabeza comienza a funcionar: "¿qué hago?, sigo, ¿lo dejo? ¿lo reparo?". La opción más sensata sería parar casi de inmediato y acercarte a un talles especializado en arreglo de lunas. Pero la realidad es que muchos conductores prefieren mantener el 'chinazo' ahí hasta que ya sea del todo molesto.
Pero ojo, porque muchos estudios realizados han establecido que cuando la luna del coche no se encuentra en buen estado, todo el vehículo se puede aplastar más fácilmente. En consecuencia, la reparación de lunas no es una cuestión menor. Mucho menos cuando se tiene en consideración este otro dato, fruto de los análisis automovilísticos: un mínimo daño en el cristal minimiza la resistencia total del parabrisas en un 70 %.
Cuándo reparar las lunas del coche
Evidentemente, es imprescindible ser responsables y tomarse completamente en serio el estado de los cristales del automóvil. Más allá de los riesgos para la seguridad ya comentados, existe un factor adicional que también hay que tener en cuenta: unas lunas en mal estado reducen la efectividad del airbag instalado en el coche. Por todo ello, la reparación de lunas debe acometerse de una manera inmediata, en cuanto se identifica el menor desperfecto en ellas. No hacerlo así se traduce en la asunción de un riesgo totalmente innecesario, cuyas consecuencias pueden ser devastadoras.
Lo que al principio es una mínima fractura apenas perceptible, o una china insignificante, puede evolucionar rápidamente hasta obligar a reemplazar, por completo, toda la luna. Económicamente, la diferencia también es importante: la reparación de lunas de coches puede durar apenas treinta minutos y costar alrededor de 60 euros. Reemplazar la luna completa son palabras mayores, que pueden traducirse en hasta 500 euros de coste.
Dónde llevar a cabo la reparación de lunas
Ni siquiera un maestro del bricolaje automovilístico debería asumir esta labor. El riesgo que se acepta es mayúsculo, y las consecuencias de un error en la reparación de lunas ya se han explicado. Teniendo en cuenta el coste y la envergadura del arreglo, con las consecuencias que se derivan de no hacerlo correctamente, está claro que lo mejor es acudir a un taller de especialistas y poner en sus manos todo lo relacionado con el arreglo de la luna del coche.
Ellos son los más indicados, por otra parte, para decidir si hay que cambiar las lunas del coche o es suficiente con reparar las existentes. Por norma general, los principales especialistas en esta tarea prefieren a__rreglar el parabrisas a sustituirlo__, por motivos medioambientales y para ahorrar dinero y tiempo. En el caso de que sea imprescindible reemplazarlo, es fundamental utilizar un cristal homologado y fabricado conforme a las normas definidas por las primeras marcas del sector, y que tenga la misma calidad que el que, inicialmente, estaba colocado.
Reparación de lunas y seguros
La mayoría de los seguros de coches incluyen la posibilidad de contratar esta cobertura, que se concreta específicamente en la sustitución o reparación, parcial o total, de las lunas delanteras, laterales y traseras de los coches. Contar con ello se convierte en un motivo de tranquilidad mucho mayor que anima a solucionar este problema en el primer momento en que se detecta. De un modo u otro, sin embargo, ya sea a través de la compañía de seguros o por los propios medios, es fundamental reemplazar o sustituir las lunas en cuanto se detecta el más mínimo desperfecto.