El filtro de partículas es un dispositivo que se pone en el sistema de los gases de escape de los coches, principalmente diésel, para atrapar en él las partículas sólidas (cenizas) producto de la combustión y que son muy cancerígenas.
Por desgracia, es un sistema caro, complicado y que requiere de un mantenimiento, además de ser susceptible de sufrir averías que pueden ser caras, pero es un mal necesario para reducir las emisiones contaminantes de los motores de combustión.
Como cualquier filtro, el filtro de partículas (FAP) se satura y es necesaria su limpieza. En condiciones normales el propio funcionamiento del vehículo tiene un modo de autolimpieza que deja listo el filtro para otro ciclo, pero no siempre es suficiente con ella, dependiendo en gran medida del uso y la conducción que se haga del vehículo.
¿Cómo limpiar el filtro de partículas?
Para autolimpiarse, el sistema FAP básicamente lo que hace es un proceso de incineración. La gestión electrónica del vehículo detecta cuando el filtro está llegando a su saturación máxima y ordena una serie de operaciones para elevar al máximo la temperatura de los gases de escape. Para incinerar y limpiar el filtro se necesitan temperaturas alrededor de los 800 ºC y para conseguirlo, el motor necesita estar sometido a carga, realizar post inyecciones que eleven la temperatura de los gases de escape, etc.
Limpiar filtro de partículas, en condiciones normales, es bastante sencillo. De hecho, los conductores que suelen circular bastante por carretera no tienen problemas con él hasta el final de su vida útil. Esto sucede porque, a grandes velocidades, el mecanismo de regeneración se activa y las partículas acumuladas desaparecen, recuperando el dispositivo su funcionalidad por completo. Para efectuar una limpieza de filtro de partículas de este modo, es necesario circular, al menos, durante 15 kilómetros seguidos a una velocidad de 50 km/h o más.
La razón de que este proceso de limpieza del filtro de partículas se deba ejecutar a altas velocidades reside en que el hollín se elimina quemándolo, para lo cual es necesario alcanzar temperaturas más altas de lo habitual y mantenerlas estables durante un período prolongado. Como recomendación, los propietarios de un vehículo diésel que posea este dispositivo deben evitar los trayectos cortos y, al menos una vez a la semana, rodar 20 o 25 kilómetros en carretera.
Productos para limpiar filtro de partículas
Un limpiador del filtro de partículas es un producto químico que se encarga de eliminar las moléculas de hollín acumuladas en el dispositivo sin necesidad de acudir a un taller. Por lo general, se trata de un líquido que se vierte junto al diésel y, al participar en el proceso de combustión, favorece alcanzar esas altas temperaturas necesarias para la limpieza del dispositivo. Además, su fórmula no es agresiva para la mecánica y no genera cenizas ni residuos metálicos derivados del proceso de quemado.
Cualquier limpiador de filtro de partículas conseguirá devolver el dispositivo a su estado original, a no ser que haya finalizado su vida útil o que se haya saturado en exceso con anterioridad. Esto se debe, fundamentalmente, a que, al alcanzar cierto grado de saturación, el mecanismo pierde eficacia, por lo que será incapaz de eliminar por sí mismo las partículas de hollín. Esto, irremediablemente, conducirá a su sustitución por uno nuevo. Por lo general, los fabricantes de vehículos que los equipan suelen dar las directrices necesarias para su mantenimiento.