Las llantas de aleación ligera o de aluminio tienen varias ventajas. Las más importantes técnicamente son que reducen las masas no suspendidas y mejoran la refrigeración de los frenos, pero, seamos sinceros, lo que más nos gusta de ellas es que le sientan bien al coche.
Como se trata de una parte estética muy llamativa del vehículo, mantenerlas limpias es importante y también el cuidarlas, porque las llantas son caras. No todos los productos de limpieza son apropiados y también debemos tener una serie de precauciones a la hora de su lavado.
Para complicar más la cosa, la suciedad que se adhiere a las llantas es muy persistente ya que lo que más las ensucia es el polvillo de las propias pastillas de freno y éste polvillo tiene dos importantes inconvenientes:
- Es abrasivo: debemos usar espumas y abundante agua para lubricar la llanta mientras retiramos el polvillo, de lo contrario rayaremos y desgastaremos la laca de la llanta.
- Se ha pegado con calor: al frenar se genera mucha temperatura y el polvillo de los frenos se pega a la llanta muy caliente, lo que hace que se adhiera más y penetre incluso en la pintura de ésta.
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Cómo se deben lavar las llantas de aluminio
Como el polvillo de los frenos es abrasivo, lo mejor es que retiremos la mayor cantidad posible del mismo antes de ponernos a frotar como locos. Para ello lo ideal es aplicar algún producto desincrustante de los que hay en el mercado y dejarlo actuar un par de minutos.
Esperado el tiempo indicado por el fabricante del producto, aclaramos con agua a presión, preferiblemente caliente.
Con esto deberíamos habernos desecho de la mayoría de la suciedad, pero quedarán todavía restos en las esquinas de los radios de la llanta. Aquí no nos quedará más remedio que tener paciencia y una brocha o cepillo para aplicar de nuevo el producto desincrustante para llantas y frotar con el cepillo antes de volver a aclararlo.
Usa productos sellantes para proteger la llanta
En el mercado existen varios productos que se denominan selladores. Lo que hacen es cubrir la superficie de la llanta con una capa protectora que, además, es repelente. Esto hace que la suciedad no se adhiera con tanta fuerza a la llanta de modo que, además de protegerla, hará más sencilla su limpieza posteriormente.
Es recomendable su uso y aplicarlos al menos una vez al año para mantener las llantas en el mejor estado posible.
¿Cómo limpiar los neumáticos?
Tener unas llantas impecables no sirve de nada si el neumático está sucio, con manchas de barro o sin brillo. Para que el resultado estético sea perfecto también deberemos prestar atención a los neumáticos y limpiarlos, eso sí, con productos que no ataquen a la goma.
En este sentido, la mejor forma de limpiar un neumático con el propósito de recuperar su brillo y esplendor original es utilizar glicerina. En concreto, es fundamental hacerlo en una proporción de ¾ de agua y ¼ de glicerina, y aplicar la mezcla con una esponja justo después de haber limpiado la mayor parte del polvo y la suciedad con un chorro de agua a presión procedente de una manguera.
Se trata de un remedio casero totalmente inocuo, económico y cuyos resultados son visibles en apenas unos minutos después de su aplicación.