No es inusual que una limpieza ineficaz de las lunas delanteras, combinada con la incidencia solar sobre las mismas, dificulte la visión y generen tramos de conducción a ciegas ciertamente peligrosos.
Cómo lavar el coche
A la hora de lavar el coche, es posible decantarse por hacerlo a mano, en sus múltiples variantes, o en un túnel de lavado. Ambas fórmulas ofrecen pros y contras y no son, desde luego, incompatibles. Algunas personas deciden convertir el lavado de su coche en una auténtica liturgia: aman su vehículo y disfrutan al limpiar el coche a mano de una manera completa, esmerada, cariñosa. Para hacerlo bien es importante preparar previamente el material necesario -cubo, toma de agua, esponja, paños, cepillos, limpiacristales, etc.-, teniendo en cuenta las características del vehículo que va a ser tratado. Para lavar el coche a mano convenientemente, lo mejor es comenzar por las partes más sucias, especialmente los bajos, los parachoques y las llantas.
A continuación, y actuando con paciencia en cada parte, se aplicarán los productos adecuados y se dejarán actuar el tiempo necesario. El agua tibia con jabón, y los chorros poderosos de agua fría, son imprescindibles para conseguir un acabado perfecto. Uno de los trucos importantes es disponer de varios tipos de esponjas, con texturas y tamaños distintos, lo que permite adecuar cada una de ellas a una zona concreta y evitar ensuciar partes ya limpias por tener que reutilizar la misma. El aclarado es fundamental tras lavar el coche, por lo que conviene repasar tanto la carrocería como la cristalería minuciosamente, antes de secar con un paño apropiado. Por último, conviene evitar un error frecuente: dejar que el coche termine de secarse al sol, ya que suele dejar manchas y echar por tierra gran parte del trabajo realizado.
Cómo limpiar bien el coche de otros modos
Cuando se busca la máxima comodidad a la hora de lavar el coche, el túnel de lavado es la mejor opción. Por medio de un sistema automático de rodillos, la máquina lleva a cabo todo el trabajo y libera al propietario de estas, con frecuencia, engorrosas tareas. La rapidez es la segunda gran ventaja de este procedimiento, pues en apenas unos minutos el coche sale limpio, aclarado y seco, en perfectas condiciones. Sin embargo, es cierto que la pintura del coche sufre más con este sistema, e incluso pueden apreciarse pequeñas marcas sobre ella cuando se observa el vehículo con máxima atención.
Por eso, el tradicional lavado a mano es el preferido por los grandes amantes de la automoción. Como fórmulas intermedias, las mangueras a presión son una posibilidad óptima, siempre y cuando se realice a menudo. Y, desde luego, el lavado ecológico o en seco, que permite ahorrar más de cien litros de agua por coche, es una alternativa cada vez más demandada. Su principal característica es que se basa en el uso de productos biodegradables combinados con una tecnología en seco que, además de disminuir notablemente el consumo de agua, minimiza el gasto en combustible y las emisiones de CO2 al medio ambiente.