Pasar la primera ITV es el punto de partida para incorporar el coche a esa supervisión independiente periódica que asegura su perfecto estado para la conducción. Pero ¿qué es, en realidad, la ITV? Tener la Inspección Técnica de Vehículos superada es imprescindible para poder circular. De hecho, hacerlo sin ella en regla o con la última caducada conlleva cuantiosas multas, inmovilización del automóvil y, lo peor de todo, aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un accidente, con sus consiguientes y dramáticas consecuencias. Otra circunstancia negativa que se deriva de obviar este trámite es que, en caso de siniestro, la compañía de seguros no asumirá las coberturas pactadas si el coche no ha pasado la primera ITV o las siguientes.
Cómo pasar la ITV
Esta inspección es una revisión obligatoria para todos los vehículos que están matriculados o han sido puestos en circulación. Aunque el plazo para pasar la primera ITV depende del tipo de vehículo y su fecha de matriculación, suele empezar a ser obligatorio a partir de los cuatro años de existencia del automóvil. El Reglamento General de Vehículos y el Real Decreto 2042/1994, de 14 de octubre, definen los parámetros y controles que rigen este tipo de inspecciones, cuya finalidad primera y última es validar que el vehículo en cuestión se encuentra en condiciones adecuadas para su conducción. Es decir, se trata de un procedimiento garante para la seguridad del conductor, sus ocupantes, el resto de vehículos y conductores y el medio ambiente.
Cuándo pasar la ITV
Como ya se ha mencionado, la primera ITV es preciso pasarla en función del tipo de vehículo y la fecha de matriculación del mismo. El tipo de uso marca, asimismo, frecuencias diferentes: no es lo mismo un uso particular y cotidiano que un vehículo destinado al trabajo y con características especiales, como pueden ser un taxi, un autobús escolar o una ambulancia.
Por regla general, los vehículos particulares están exentos de pasar esta primera ITV durante sus cuatro años iniciales. A partir de ese momento, están obligados a superar la inspección cada dos años y, una vez que han cumplido los diez años de existencia, de manera anual. También es cierto que, en función del resultado obtenido en el proceso, esas revisiones bienales se pueden convertir en anuales, en el caso de que los técnicos, por el estado en el que se encuentra el automóvil, consideren adecuado hacerlo de este modo.
Es decir, como la propia existencia de estas inspecciones, la periodicidad de la ITV viene determinada por las necesidades y circunstancias concretas de cada coche. Así, las ambulancias y los autobuses escolares de menos de cinco años deben pasar la ITV de manera anual, mientras que han de hacerlo cada seis meses una vez que han cumplido los diez años de vida. La seguridad, la reducción de los riesgos y la máxima fiabilidad son los criterios que rigen a la hora de determinar qué ITV y cada cuánto es necesario efectuarla.
La ITV por el tipo de vehículo
Todos los automóviles matriculados y en circulación deben someterse, antes o después, a su primera inspección técnica. Así, los ciclomotores deben hacerlo a partir de los 3 años, las motocicletas particulares después de los cuatro, igual que los turismos particulares. Sin embargo, los vehículos ligeros solo están exentos los dos primeros años, mientras que los vehículos pesados (camiones y remolques de más de 3500 kg) deben pasarla año a año desde el primer momento, y semestralmente una vez que han alcanzado los diez años de existencia. Las autocaravanas y los vehículos especiales de obras y servicios también están exentos durante sus cuatro primeros años; mientras que las caravanas no deben pasarla hasta cumplir los seis años y los vehículos agrícolas hasta los ocho años.
Las nuevas pruebas
Con la llegada de la versión 7.7.0 del Manual de Procedimiento de ITV puesto en vigor hace un año, entraron dos nuevos cambios para la ITV: la inspección del sistema de llamada de emergencia (eCall) y la recopilación de datos OBFCM (On-Board Fuel Consumption Meter). En el primero se busca asegurar el correcto funcionamiento del vehículo para evitar posibles accidentes, mientras que en el segundo es una toma de datos del consumo real de combustible y que no afectará al resultado de la inspección.
En definitiva
A la pregunta ¿cuándo hay que pasar la ITV? no existe una respuesta única, ni siquiera para la primera inspección. En aras de garantizar la máxima seguridad y fiabilidad en la flota automovilística del país, las leyes aplicables establecen distintos plazos y fechas para cada tipo de vehículo. Eso sí, cumplir fielmente este trámite no solo es imprescindible por las sanciones que acarrea dejar de hacerlo, sino, sobre todo, por las dramáticas consecuencias que puede conllevar, en forma de accidentes, ignorarlo. Por todo ello, la cuestión no es cuándo es preciso pasar la ITV, planteada como un imperativo legal o una obligación meramente administrativa y carente de sentido, sino cada cuánto tiempo conviene realizar la inspección para tener la total seguridad de que el vehículo que se está conduciendo se encuentra en condiciones idóneas para ser utilizado sin ningún tipo de riesgo.