Es, por decirlo de alguna manera, el DNI de los automóviles.
Identificación de vehículos
Gracias a las matrículas, las autoridades pueden dar con el titular de los vehículos en caso de tener que tramitar contra ellos algún tipo de reclamación; una multa por exceso de velocidad o su responsabilidad en un accidente, por ejemplo. La matriculación vehicular por número de placa se lleva a cabo antes de retirar un coche nuevo del concesionario o de lograr las placas definitivas, en el caso de un coche procedente de otro país. Es decir, es necesario disponer de la placa de la matrícula del coche para poder proseguir con los demás trámites obligatorios para circular, como suscribir un seguro de responsabilidad civil.
En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) y los servicios autónomos de Cataluña y País Vasco son los organismos que se encargan de asignar las numeraciones a los coches. Por ese motivo, hay que cursar ante ellos la solicitud de matriculación de un automóvil nuevo o importado de otro país, una vez satisfechas las correspondientes obligaciones fiscales derivadas de este proceso. Cuando la solicitud es autorizada, el concesionario donde se ha adquirido el vehículo o el propietario del automóvil debe dirigirse a un centro especializado en la fabricación de matrículas para coches. Allí se entregará la documentación del coche (ficha técnica y permiso de circulación) para acreditar la propiedad del mismo y así evitar casos de suplantación de matrículas de coches. Como bien es sabido, cada combinación de números y letras es única y exclusiva de cada vehículo, por lo que es preciso extremar las precauciones para evitar que los malhechores puedan hacer de las suyas.
Desde el año 2000, las matrículas de coches españolas incorporan, leyéndose de izquierda a derecha, la bandera de la Unión Europea y la ""E"" de España, además de cuatro números y tres letras consonantes, sin incluir la ""Ñ"" ni la ""Q"". Se trata de un sistema de matrícula de vehículos por placa nacional que sustituyó, no sin polémica, a otro de carácter provincial, en el que cada matrícula llevaba las iniciales de su región de origen. Cabe destacar que todo ciudadano español propietario de un vehículo matriculado antes del año 2000 que desee viajar con él por la Unión Europea debe sustituir las placas antiguas por otras que incorporen el distintivo europeo.
Placas de matrícula: precio
El proceso de matriculación de un vehículo en España es una tarea sencilla. Además, llevarlo a cabo por uno mismo puede suponer un importante ahorro, el cual ascendería hasta los 500 euros entre tasas y honorarios de una gestoría. Y es que las placas de matrícula apenas conllevan un gasto de 200 euros (placas incluidas) si se decide prescindir de los servicios de terceros. Lo único recomendable es disponer de DNI electrónico, certificado digital o clave PIN para tramitar el modelo 576 de autoliquidación del impuesto especial sobre determinados medios de transporte.
En caso contrario, habrá que solicitar una cita previa para hacer los trámites de manera presencial, por lo que el proceso se alargaría inevitablemente. Todo esto también sirve para automóviles importados de otros países y que precisan de una rematriculación para ser considerados vehículos nacionales. Así las cosas, el conductor tendrá que llevar a cabo seis pasos antes de poder circular. El primero consiste en requerir al vendedor el tríptico del coche, un documento de tres hojas, una de cada color, en la que se exponen todos los datos del vehículo. Entre ellas, las emisiones de CO2. ¿Por qué son tan importantes estas emisiones? Básicamente, porque con ellas se calcula el Impuesto de Matriculación, que habrá que pagar a la Agencia Tributaria a través del impuesto especial sobre determinados medios de transporte (modelo 576).
¿Cómo se calcula el modelo 576?
Hay varias formas de calcularlo. Por ejemplo, el usuario quedará exento de pago si su coche emite menos de 120 gramos por kilómetro. Tendrá que pagar el 4,75 % del valor neto de su vehículo si este emite entre 120 y 160 gramos por kilómetro; el 9,75 % si las emisiones se sitúan entre 160 y 200 gramos por kilómetro; y el 14,75 % si superan los 200 gramos. Una vez abonado el impuesto de matriculación, será necesario dirigirse al ayuntamiento en el que el conductor se encuentre empadronado para pagar el Impuesto de Circulación Municipal, conocido también como ""viñeta"".
Conviene tener en cuenta que cada consistorio fija sus propias tarifas, por lo que es posible que en otros lugares de España se abonen cantidades superiores o inferiores. Eso sí, el importe final a pagar anualmente dependerá de la potencia fiscal del automóvil. Cuando ya se hayan realizado estos dos trámites, el propietario del coche ya podrá dirigirse a las oficinas de Tráfico para solicitar el permiso de circulación, cuyo coste asciende a 94 euros. Será justo en este momento cuando se conozca la nueva matrícula del automóvil.
Para ello, es fundamental presentar los recibos de pago de los impuestos antes señalados, el ""tríptico"" y el DNI. Tras ello, será posible acudir a una tienda especializada en la fabricación de matrículas de coches. En la ficha técnica del automóvil se deja claro qué tipo de matrícula se debe instalar en cada una de las defensas, pudiendo ser de formato estándar o reducido. Además, el coste de las placas variará en función de los materiales elegidos. Las más económicas son las metálicas, con precios que arrancan en los 6 euros por unidad, aunque no son las más respetuosas con el medio ambiente. Para tener el entorno en consideración, se debe optar por placas acrílicas, pese a que su coste es sensiblemente superior. El último paso a completar antes de poder circular consiste en instalar las placas en las zonas delantera y trasera del automóvil.
El caso de los vehículos extranjeros
En los párrafos anteriores se explicaron cuáles son los pasos a seguir a la hora de matricular un automóvil nuevo. Se debe remarcar que estos también han de seguirse cuando se importa un coche extranjero, aunque hay que añadir una serie de acciones ulteriores. Para empezar, conviene aclarar que la legislación española obliga a todos los conductores a matricular los vehículos extranjeros siempre que se haya decidido trasladar la residencia de otro país a territorio nacional.
Obviamente, este requisito no es obligatorio para personas que se encuentren de paso en el país, tanto por motivos profesionales como personales. Así las cosas, el coche que se desea matricular deberá superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) antes de iniciar cualquier tipo de trámite. Una vez que se dé luz verde al automóvil, habrá que proseguir con las gestiones anunciadas, aunque con ciertas consideraciones. Por ejemplo, los extranjeros procedentes de un país europeo no tendrán que abonar impuesto alguno ante la Agencia Tributaria.
El IVA y los coches importados de Europa
En cambio, si un nacional ha adquirido un coche en la Unión Europea, deberá pagar el IVA correspondiente. De haberlo hecho a un particular dentro del espacio común, se impone hacer frente al Impuesto de Transmisiones. También será necesario presentar la factura con CIF intracomunitario si se ha adquirido un vehículo de segunda mano a una empresa de compraventa europea. Por último, se tendrá que entregar una copia del documento único administrativo de la aduana, siempre que el coche proceda de un país ajeno a la Unión Europea. El resto de trámites a cumplimentar, tanto el pago del Impuesto de Circulación Municipal como la solicitud de la documentación y de las matrículas, serán los mismos que en el caso de adquirir un coche en territorio nacional.
