Las plazas de aparcamiento pueden encontrarse en áreas destinadas para tal fin o en la vía pública. En los núcleos urbanos, estas plazas son muchas veces de pago y se las trata como un aparcamiento regulado, con el fin de fomentar la rotación de los vehículos. Los residentes en la zona pagan tarifas especiales, a precios reducidos.
Además de los aparcamientos situados en los centros comerciales, en muchos supermercados y en otros comercios, que ofrecen una zona de estacionamiento para sus clientes, libre o regulada según el establecimiento, existen otras variantes de estacionamiento de uso público. Es posible distinguir el valet parking, que brinda el servicio adicional de aparcacoches y lo ofrecen numerosos hoteles y restaurantes de alta categoría, y el servicio Park & Ride que se presta en algunas estaciones de tren y aeropuertos. Se trata de un sistema a través del cual el cliente llega con su coche, lo aparca y luego es transportado en autobús hasta el punto de conexión, que puede ser el aeropuerto, el puerto o la estación de tren.
Reglas de estacionamiento y circulación en un párking público
Si bien no es lo más habitual, existen conductores que no circulan de manera correcta en las zonas de aparcamiento y no contemplan las imprescindibles reglas para estacionar en los espacios públicos. Este tipo de conducta pone en peligro a otros conductores o a los peatones que transitan por el área, debido a que son espacios que concentran una alta densidad de vehículos y de personas. La circulación en un estacionamiento privado o público debe desarrollarse de acuerdo con ciertas normas establecidas en el mismo o, en su defecto, ajustarse a la normativa general del Reglamento de Circulación, en todos los aspectos, como el sentido de circulación, la prioridad de paso, el alumbrado y la señalización de las maniobras a realizar.
Conviene aclarar que si el estacionamiento es subterráneo o carece de suficiente iluminación, hay que circular con las luces de cruce encendidas. En todos los casos es necesario avisar de las maniobras de giro con intermitentes, observar el sentido de la circulación y las señales, como los stop y los ceda el paso y, por supuesto, los pasos de peatones. Otro punto muy importante a tener en cuenta es la velocidad de circulación, que suele establecerse entre los 10 y los 20 kilómetros por hora, en función del aparcamiento.
La conducta de los peatones en un aparcamiento público
La señalización horizontal de un estacionamiento público regula la circulación de coches y personas. En el caso del peatón, debe transitar por los pasos de peatones, en la medida de lo posible, pues son las zonas destinadas a ello. En caso contrario pueden sufrir daños por parte de los vehículos y/o entorpecer la circulación. Aunque parezca de perogrullo, cabe destacar la atención que debe prestarse a los niños, tanto cuando se aparca en la calle como en un aparcamiento privado, como puede ser el correspondiente a un edificio, o en un área pública.
Su corta estatura y su propensión a desplazarse a la carrera lleva a que puedan aparecer de improviso entre dos coches, inclusive tras un balón o una mascota. Aunque se esté circulando correctamente, el conductor podría no percatarse de su presencia debido a su súbita aparición. Muchos de estos inconvenientes se solucionan cuando se trata de un estacionamiento público robotizado, automático o semiautomático. Se trata de un sistema mediante el cual el vehículo se deposita en una plataforma y luego es conducido mediante equipos automáticos hasta su plaza de aparcamiento. Además de resultar menos peligroso para los usuarios, evita robos y otros inconvenientes.
La Ley 40/2002
La Ley 40/2002 del 14 de noviembre es la normativa que regula el estacionamiento de uso público. Fue publicada en el BOE del 15 de noviembre del año 2002 y, posteriormente, fue modificada por la Ley 44/2006 del 29 de diciembre. Su corrección se realizó para aumentar la protección, en algunos aspectos, de los consumidores y los usuarios. Esta ley empieza por delimitar cuáles son los estacionamientos que regula. Se considera estacionamiento público a aquel que origina un grado de conflictividad mayor, principalmente en lo que refiere a las responsabilidades del titular del aparcamiento y de los usuarios.
Aborda temas como la restitución del vehículo y de sus accesorios u otros efectos, y regula los derechos que, según la jurisprudencia, tienen tanto los usuarios como los propietarios del área, todo ello en términos tales que se adapten a las características particulares de los aparcamientos. Solo son 7 artículos, aunque resultan suficientes para regular los espacios destinados al aparcamiento de vehículos a motor. Entre los casos que regula figura el de los coches que se encuentran aparcados por largos períodos de tiempo sin que nadie los retire. Mayormente, las modificaciones de la ley se refieren a la regulación de las tarifas y la indicación de cobrar por tiempo real de aparcamiento, inclusive fraccionando el tiempo de estacionamiento en minutos.