Anteriormente, existían más de 110 licencias de conducción distintas en el continente, lo que incrementaba enormemente el riesgo de fraudes y engaños. Actualmente, cuando se tiene una licencia de conducir en Europa -obtenida en cualquiera de los países mencionados-, se puede utilizar en cualquier estado europeo siempre y cuando sea válida, su poseedor tenga la edad requerida para conducir ese tipo de vehículos y no se encuentre suspendida, restringida ni revocada en el país en cuestión.
Breve historia del carnet de conducir europeo
La génesis del carnet de conducir en Europa se remonta a diciembre de 1980, cuando el Consejo de Ministros de la Unión Europea adoptó la decisión de impulsar un permiso de conducir comunitario. En 1996 se perfeccionó la regulación y, diez años más tarde, se adoptó la propuesta definitiva para la creación de un permiso único de conducción que reemplazaba a todos los nacionales, cuyas disposiciones legales comenzaron a entrar en vigor a principios de 2013. Físicamente, se trata de una tarjeta de plástico, estilo tarjeta de crédito, que dificulta enormemente su falsificación. Cuenta con un microchip que incluye información sobre su propietario, accesible para las fuerzas de seguridad en su propia idioma, lo que facilita enormemente la supervisión y el control continental.
Principales categorías y otras consideraciones sobre el permiso de conducir europeo
El carnet de conducir europeo incluye todas las categorías existentes. Desde la conducción de ciclomotores y motos (AM, A1, A2 y A) hasta automóviles de gran peso o carga (todos los C y los D), pasando por el manejo de coches de cualquier tipo (B1, B y BE). Tanto los emitidos a partir de 2013 -el carnet europeo actual- como los anteriores están plenamente homologados en todos los países de la Unión Europea, por lo que no es necesario canjearlos de ninguna manera cuando uno se desplaza a otro país comunitario. Ahora bien, cuando caduca o expira, es obligatorio acudir a renovarlo al lugar de residencia habitual, aunque este sea diferente de aquel en el que se obtuvo inicialmente. En consecuencia, puede suceder que el nuevo periodo de validez difiera o incluya condiciones o restricciones diferentes a las anteriores.
Por último, es importante tener cuidado cuando el permiso para conducir en Europa se ha obtenido mediante un canje por uno obtenido en un país que no es miembro de la Unión Europea. Cabe la posibilidad de que, dicha validación, no sea reconocida en otro estado de la UE, por lo que resulta indispensable comprobar cuáles son estos requisitos y condicionantes nacionales antes de darlo por sentado.