Muchos conductores sienten la angustia de no saber qué momento es el mejor para cambiar de coche, y no nos referimos sólo al económico... Existe el error de seguir apurando un vehículo que nos está dando problemas mecánicos o al que no le vamos a sacar mucho beneficio en la venta y también el de querer cambiarlo por uno nuevo demasiado pronto sin haberlo amortizado lo suficiente. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre ambos casos. Generalmente, la solución es hacerlo entre los 3 y los 5 años. También hay que tener en cuenta que la rentabilidad que le podemos sacar al antiguo puede allanar el coste del nuevo. Además, otros factores que vienen de la mano de los coches actuales, como una mayor eficiencia y una mayor seguridad, pueden terminar de redondear la operación.
Cuándo cambiar de coche: síntomas de que ha llegado la hora
Cuando las reparaciones son frecuentes y costosas y el coche pasa más tiempo en el taller que circulando, lo más inteligente es buscar alternativas. Pueden empezar a surgir fallos del motor y de los elementos periféricos, y el fallo de un dispositivo dará lugar al mal funcionamiento de otro. En ese caso, para evitar una situación de averías en cadena, conviene aceptar que hay que comprar un coche nuevo. En el fondo, la operación saldrá rentable y garantizará una conducción más segura. Lo importante es que el valor de uso no supere el valor real (esto es que su mantenimiento y posibles reparaciones no excedan en coste al precio de una hipotética venta.) Por otro lado, si se llega a producir una avería grave, puede que salga más rentable deshacerse definitivamente del coche viejo y comprar uno nuevo.
Los costes de un coche nuevo serán más económicos
En este caso no cabe duda, y uno debe analizar la situación a largo y corto plazo para saber cuándo cambiar el coche y si esto le supondrá un ahorro. Gracias a las mejoras tecnológicas de los coches nuevos, es muy probable que el cambio sea económico en términos de consumo de combustible. Además, hay que tener en cuenta las penalizaciones de aparcamiento que se aplican en las grandes ciudades a los vehículos antiguos (generalmente por la contaminación que generan), por no hablar de las restricciones del tráfico. Así, es muy probable que el desembolso de comprar un coche nuevo suponga a la larga un ahorro para el bolsillo.
Seguridad y comodidad, un aliciente para comprar
También puede que no haga falta sufrir una gran avería para determinar cuándo comprar un coche nuevo. Los vehículos antiguos se quedan obsoletos rápidamente en cuanto a términos de comodidad, seguridad y prestaciones. Todo conductor desea sentirse a gusto con su vehículo y para ello las prestaciones al volante son esenciales. Disponer de un buen sistema de frenado, controles de estabilidad y de seguridad en carretera pueden ser motivos suficientes para cambiar de coche. Además, la situación vital de cada uno puede cambiar y factores como la familia, el trabajo o un mayor ritmo de desplazamientos largos pueden decantar la balanza a favor del cambio.