La decisión de comprar un coche no siempre implica hacerlo en el concesionario más cercano que tengamos de casa. Bien podemos recurrir al mercado de ocasión por medio de las plataformas más conocidas y punteras o bien, incluso, podemos hasta traerlo de fuera. La importación de un vehículo es un proceso que revista cierta complejidad. Eso sí, si tienes claros los pasos a seguir (transporte, homologación, pago de impuestos, etc.), no tendrás ningún tipo de problema.
Una vez visto y elegido el modelo (se supone que en base a alguna web de compra-venta), es importante conseguir una factura en el idioma del país y su duplicado en español, sobre todo en el caso de que el vehículo se compre en una empresa. Si la operación se realiza con un particular, se recomienda un contrato de compra-venta bilingüe con todos los datos del coche y de su propietario.
La compra, ¿en Europa o fuera de Europa?
Cuando se compra un vehículo fuera de la Unión Europea, como por ejemplo en Estados Unidos, lo más recomendable es traer el vehículo por medio de un servicio de trasporte. Si la compra se hace en un país de la Unión Europea se puede utilizar también este servicio que, aunque tiene un coste, simplifica el proceso. Si decides traerlo por carretera conduciéndolo tú mismo, debes tener en cuenta que en países como Alemania y Bélgica hay que solicitar una matrícula provisional. En otros, como Francia, se puede usar la propia matrícula del vehículo, pero hay que pagar un seguro.
Antes de matricular un vehículo en España tiene que homologarse. Normalmente el certificado de homologación lo proporciona el fabricante del vehículo, pero, si este es usado o proviene de un país de fuera de la Unión Europea, tendrá que pasar una inspección técnica de homologación.
Por último, si el vehículo se compra a una empresa, hay que pagar el IVA en el país de origen. Si se compra a un particular, es necesario pagar el impuesto de transmisión patrimonial. Además, si proviene de un país de fuera de la Unión Europea, deberás pagar un impuesto en la aduana. Asimismo, antes de que el vehículo sea matriculado, hay que satisfacer el impuesto de matriculación.