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Vehículos deportivos

Los vehículos deportivos son originariamente vehículos que participan en carreras profesionales. Sin embargo, también existen vehículos deportivos homologados para el tráfico en carretera, como el Porsche 911, el Porsche Boxter, el Lotus Elise o el Ferrari F430. Estos deportivos presentan considerables diferencias con respecto a los coupés, las berlinas o el Gran Turismo, que también están considerados como versiones deportivas, aunque no llegan a ofrecer las mismas prestaciones que el auténtico deportivo.

A la hora de diseñar un deportivo no se tienen en cuenta en absoluto los criterios convencionales de estos modelos. Un deportivo no debe ser cómodo ni destinarse a un uso diario. Un deportivo se caracteriza claramente por sus prestaciones y su manejo. Por este motivo, los deportivos se equipan con potentes motores, poseen un chasis rígido y una altura reducida. Entre las características de un deportivo figuran la tracción trasera o sobre las cuatro ruedas, así como dos puertas y dos asientos delanteros. Algunos modelos disponen de asientos plegables adicionales en la parte trasera.

Una subcategoría de los deportivos la componen los superdeportivos, que todavía suben un escalafón en la gama de prestaciones. Estos modelos, fabricados a menudo en ediciones limitadas, son más potentes y más rápidos. Algunos ejemplos de tales superdeportivos son el Bugatti Veyron 16.4, el Ferrari Enzo o el Porsche GT.