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El buque insignia turboalimentado del fabricante sueco
El Saab 900 Turbo llegó en el año 1978 con la tarea de sustituir y actualizar al Saab 99, que ya contaba con un motor turbo desde 1977. La intención de Saab era conseguir un modelo más cómodo, con mayor amplitud y, sobre todo, mucho más seguro, añadiendo notables mejoras en este aspecto. Disponible en sedán y berlina de 3 o 5 puertas, el motor del 900 Turbo entregaba una potencia de 145 CV, y se mantuvo en producción hasta el año 1993, siendo todavía muy demandado en mercados de segunda mano.
Un repaso a la historia del Saab 900 Turbo
La firma Saab nació en Estocolmo en el año 1937, dedicada desde sus inicios a la producción de aviones. Años más tarde, a mediados de los años 40, fundó su división automovilística, Saab Automobile, con sede en Trollheim. De todos los vehículos producidos hasta su desaparición en el año 2012, el Saab 900 Turbo del 78 es probablemente uno de los más reconocidos, con casi 1 millón de unidades producidas.
Como se mencionaba anteriormente, llegó para sustituir al Saab 99, con el que comparte una imagen muy similar, manteniendo incluso los mismos tipos de carrocería, la sedán de cuatro puertas, la berlina de 3 y 5 puertas y, finalmente, uno de sus más exitosos, el cabrio, que llegó en el año 86. A nivel mecánico, Saab introdujo una gran novedad para la época, la de incluir motores turboalimentados fuera del segmento puramente deportivo. Motores que podían ir desde los 145 hasta los 175 CV de su versión T 16 S, presentada en el año 84.
La década de los 90 fue el principio del fin para la división automovilística de Saab, debido a la compra del 50% de la compañía por parte del gigante norteamericano General Motors.
Principales ventajas e inconvenientes
Lo primero que llama la atención en el aspecto exterior del 900 Turbo es su peculiar diseño, con un perfil deportivo muy marcado pero de líneas un tanto extravagantes que le otorgan una personalidad única, incluso hoy en día.
Por dentro, destaca por el uso de materiales de muy buena calidad, así como por un salpicadero pensado exclusivamente en el usuario donde todo está al alcance de la mano.
La habitabilidad del Saab 900 Turbo varía dependiendo del tipo de carrocería que se elija, lo que no varía es el confort de sus asientos, destacando sobre todo los delanteros, que aportan también una sujeción extraordinaria.
Lo más característico del Saab 900 es, precisamente, su motor turbo, que ofrece unas sensaciones muy suaves en marcha, teniendo en cuenta que se trata de un vehículo deportivo con un motor potente.
Por el contrario, este motor se enfrenta a una problemática muy habitual, y es que el propulsor no está bien soportado. Además, al llevar la caja de cambios montada bajo el motor, resultaba realmente difícil acceder a ella para su reparación.
El precio de salida del Saab 900 Turbo en España (país al que no llegó hasta 1981, se situaba en más de 2,7 millones de las antiguas pesetas, convirtiéndose en el modelo importado más caro del fabricante sueco.
La competencia del Saab 900 Turbo fue amplia y variada, y es que el vehículo se mantuvo en producción durante gran parte de las décadas de los 70, 80 y 90. En un principio, las versiones de la época del BMW Serie 3, el Toyota Celica Liftback, el Mercedes W201 o el Lancia Beta HPE eran sus principales alternativas. Más adelante llegaron el Volvo 244 Turbo, el Mercedes 250 o el Audi 200 T, todos ellos con potencias superiores a los 150 CV.
Características del motor
Este propulsor turbo se posiciona como el tope de la gama Saab 900, por encima de las otras versiones disponibles en la época, el GL de 108 CV y los EMS y GLE de 118 CV.
Se trata de un motor delantero colocado en posición longitudinal de 4 cilindros en línea de 2 litros (que posteriormente llegaría a ser de 2.1) y refrigerado por agua, con inyección con turbocompresor. Este propulsor entregaba una potencia máxima de 145 CV a 5.000 rpm, con un par máximo de 235 Nm a 3.000.
El sistema de tracción es siempre delantero y monta una transmisión manual de cinco marchas. En cuanto a prestaciones del motor, el Saab 900 Turbo alcanzaba una velocidad punta de 210 km/h, alcanzando los 100 km/h en un tiempo de 8,5 segundos.
Seguridad ante todo
Lo más destacado en el Saab 900 Turbo es, como ya se ha detallado anteriormente, su importante dotación en materia de seguridad, con innovaciones como una nueva columna de dirección, paragolpes deformables que llegaban a recuperar su forma inicial tras un impacto, así como barras laterales de protección para las puertas o lavafaros.
También contaba con un panel de instrumentación ergonómico y de fácil acceso, así como una columna de dirección en acero, que se deformaba ante impactos, del mismo modo que el volante, que se desplazaba para evitar al conductor en caso de colisión.
¿Por qué comprar un Saab 900 Turbo?
Hablar del Saab 900 Turbo es hablar, probablemente, de uno de los mejores vehículos jamás fabricados por el fabricante sueco. Se trata de una definición perfecta de lo que ha significado Saab en el mercado automovilístico, una elegante berlina deportiva, con un diseño muy original y reconocible, pionera en el uso y desarrollo de las mecánicas turbo, que pese a contar con un acabado de auténtico lujo, estaba pensado para su uso diario tanto en ciudad como en carretera. Un vehículo que aunaba a la perfección deportividad y practicidad, con un motor que llegaba a alcanzar los 175 CV así como velocidad máxima superior a los 200 km/h. Tal fue su éxito a lo largo de los años que el Saab 900 Turbo vendió durante toda su vida útil casi 1 millón de unidades, cosechando un gran éxito en los Estados Unidos gracias sobre todo a su versión descapotable, el Cabriolet. Pese a cesar su producción en 1993, el Saab 900 Turbo todavía sigue siendo un deportivo muy demandado en el mercado de segunda mano.