Mercedes SL 500

Por supuesto, los cabrios de la clase superior de Daimler también debían hacer honor a la reivindicación tantas veces expresada por los responsables de Mercedes que afirmaban construir las berlinas más seguras. Por este motivo, los de Stuttgart construyeron el Mercedes-Benz SL 500 por primera vez con una nueva técnica que, en caso de emergencia, permitía desplegar automáticamente una barra antivuelco. Para superar los duros días del invierno, el fabricante suministraba, junto con el techo blando, un techo rígido que podía utilizarse en la época del año más fría.

El Mercedes-Benz SL 500 se convierte en el cabrio más popular de la clase superior

Coincidiendo con la revisión realizada en 2005, el Mercedes-Benz SL 500 se equipó con un nuevo cambio automático de cinco velocidades. Un año después, el asistente de ayuda a la frenada (BAS) ya se montaba de serie. Estéticamente, los modelos revisados se diferenciaban por los paragolpes y los revestimientos laterales lacados en la pintura de la carrocería, así como por los intermitentes de cristal transparente. En 1998, el Mercedes-Benz SL 500 se equipó con un nuevo motor V8 con una menor cilindrada que desarrollaba 225 kW (306 CV) y que, una vez más, procedía de la gama de motorizaciones del Mercedes-Benz S 500. De esta forma, el cabrio aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 250 km/h regulada electrónicamente. Con la nueva motorización también se modificaron algunas características de diseño del cabrio. El modelo se equipó entonces con tubos de escape ovalados y con nuevas llantas de aleación de 17". El Mercedes-Benz SL 500 y su predecesor, el 500 SL, con unas ventas de casi 100.000 unidades de la generación fabricada hasta 2001, se encontraban entre los modelos SL con mayor éxito de los suabos.

Más confort de marcha gracias el techo rígido y un nuevo chasis para el Mercedes-Benz SL 500

El cambio del techo blando al techo rígido se produjo en la generación del Mercedes-Benz SL 500 fabricada a partir del año 2001. El cometido de este techo duro, que se escondía hidráulicamente junto con la luneta trasera en el maletero con tan sólo pulsar un botón, era, sobre todo, ajustar la generación de ruido en trayectos largos a los estándares vigentes en la clase superior. Para tal fin servía también el nuevo chasis ABC regulado electrónicamente y que debía compensar las inclinaciones de la carrocería y, por lo tanto, ofrecer un mayor confort. Hasta el año 2006 el Mercedes-Benz SL 500 se fabricó con el propulsor V8 de su predecesor en la fábrica de Mercedes situada en Bremen.

Una mayor dinámica con una nueva técnica de propulsión en el Mercedes-Benz SL 500

Coincidiendo con la revisión realizada en 2006, el Mercedes-Benz SL 500 comenzó a equiparse con un motor V8 de mayor potencia que presentaba una cilindrada de 5,5 litros, desarrollaba 285 kW (388 CV) y alcanzaba los 100 km/h en 5,4 segundos. El par motor máximo mejoró pasando de los 460 newtons/metro (Nm) del antiguo modelo a los 530 Nm del actual. Otra novedad técnica fue el cambio automático de siete velocidades montado a partir de 2006 que reducía el consumo a la vez que permitía unos recorridos de cambio más rápidos. Tras la revisión realizada en 2008 el Mercedes-Benz SL 500 llegó al mercado con una nueva parrilla y una zaga modificada. Así, los faros redondos en forma de ocho fueron sustituidos por grupos ópticos alargados con lámparas individuales.