Mazda 323

El sucesor apareció en 1980 abandonando el aspecto del Mazda 323 I, convirtiéndose en el primer éxito de importación japonesa. En 1985 el 323 obtuvo su aspecto deportivo característico, que por aquel entonces era un poco más angular. Este discreto vehículo se caracteriza generalmente por su duración y su seguridad. Con este automóvil de tercera generación, que también se fabricó en versión familiar, Mazda logró adentrarse en el mundo del deporte de los rallies. La consecuencia es una potenciación de los motores, disponibles como diesel con una cilindrada de hasta 1.7 litros, y de gasolina con un motor turbo de 1.6 litros con 150 CV.

A partir del año 1987, vienen equipados de serie con catalizador. El Mazda 323 IV sigue la tradición de su antecesor, pero con una carrocería redondeada y con faros abatibles. La variedad de motores de 1.4 litros con 73 CV hasta 1.9 litros GT con 128 CV satisfacen todas las exigencias en materia de potencia. Como extras deportivos existen el turbo TX con tracción a las cuatro ruedas y 163 CV y el GT-R con 185 CV, diseñados originalmente para competir en rallies.

En 1994 el 323 V sustituyó a su antecesor. De nuevo se vuelve a ofrecer una amplia gama de motores, siendo el 323 F de cinco puertas líder con un motor V6 2.2 litros con 144 CV. En 1997 se modifica el habitáculo del vehículo, se actualiza completamente la técnica y se introducen algunos modelos especiales, entre los que se encuentran dos versiones elegantes del 323F y los deportivos obligatorios. Lamentablemente no todas las variantes disponen del equipamiento de seguridad completo.

La última generación, el 323 VI, se fabrica a partir de 1998 como sedán de gama media en las versiones Comfort, Exclusive y Sportive, cuyos nombres resaltan sus características destacadas. Originalmente con cuatro motores diferentes en el programa de hasta 114 CV en 1.9 litros de gasolina, en 2000 se vuelve a perfeccionar ofreciéndose un motor 2.0 litros con 130 CV. El turbodiésel 2.0 litros ofrece una potencia de 100 CV.