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Hamann Motosport, empresa alemana fundada en 1986 por Richard Hamann, piloto de reconocido prestigio, tiene su sede en Laupheim, en el Sur de Alemania. Se creó como empresa de tunning y preparaciones para coches fabricados en Alemania, en concreto los BMW. Con el tiempo fue ampliando su mercado y hoy día trabaja para diferentes fabricantes de automóviles: Audi, Aston Martin, Bentley, BMW, Ferrari, Fiat, Yaguar, Maserati, Mercedes, Porshe, Rolls Royce, Land Rover y Lamborghini. Su fundador murió en 2011 tras una larga enfermedad, pero sus gestores han decidido continuar su misma línea de trabajo.
Las preparaciones que realizan tienen que ver con modificaciones en la mecánica para dotar al motor de un mayor rendimiento, en la carrocería, orientadas en gran medida a hacer más aerodinámico el vehículo, las llantas para conseguir un mayor agarre y equilibrio en carretera, la amortiguación e incluso intervienen también en el interior de la cabina. El primer coche que transformó Hamann fue el BMW M3 (E30), la versión deportiva del BMW Serie 3.
Lo que caracteriza a los coches tuneados por Hamann
Parachoques imposibles, llantas de aleación ligera con medidas de locura, alerones en laterales y parte trasera, luces diurnas de LED, suspensión cada vez más rebajada. No en vano su fundador era un piloto de carreras, amante de los coches y la velocidad y siempre trató de incorporar las prestaciones de los coches deportivos a los turismos de alta gama. Se trata de vehículos que, aun siendo de segunda mano, responden a las máximas exigencias de quienes los conducen, no defraudan. Diseño y rendimiento son los dos conceptos clave que firman todo su trabajo y si el diseño es bueno y el rendimiento óptimo, no tiene tanto sentido preocuparse por si el coche es nuevo o usado.
Ejemplos de su trabajo en mecánica y en diseño
El primer M3 de BMW, de 4 cilindros, fue introducido con un motor S14 de 2.302 cc, produciendo 195 CV. A finales de 2007 llegó el M3 E92 con una potencia estimada en 420 CV y Hamann supo convertirla, con su primer kit de potencia, en 435CV y hacerle alcanzar los 300 km/h al desactivar el limitador de velocidad; y con el segundo kit logró una potencia final de 455 CV y una velocidad máxima de 320 km/h. A la producción M3 le sucedió la BMW M4 con una potencia de 431 CV. En esta ocasión no tocó la mecánica, pero si mimó mucho la estética, incorporando elementos aerodinámicos en fibra de carbono (nuevo capó, faldones laterales, nuevo splitter, alerón trasero, etc.) y grandes llantas de aleación ligera. Además acompañó todos estos cambios de un completo sistema de frenos y una suspensión deportiva ajustable.