Dodge Viper

Cilindradas de más de 7,0 litros eran algo habitual en este segmento de automóviles hasta que la primera crisis del crudo puso punto y final al apogeo de estas impresionantes máquinas debido a sus elevadas cifras de consumo. A partir de entonces, Dodge centró todos sus esfuerzos en el diseño de automóviles de clase media, grandes monovolúmenes, pick-ups y Sport Utility Vehicles (SUV) de carácter deportivo. En los años ochenta, los coupés deportivos de Dodge procedían únicamente del socio de Chrysler Mitsubishi. Tras la compra del fabricante italiano de lujo Lamborghini en el año 1987, Chrysler consideró que había llegado el momento de volver a posicionarse en el prestigioso mercado con los deportivos de gran rendimiento. Con el apoyo técnico de los italianos desarrollaron el concepto de un muscle car moderno que a partir del año 1992 comenzó a distribuirse como Dodge Viper entre los clientes norteamericanos y como Chrysler Viper en Europa. De forma muy acertada si tenemos en cuenta el nombre que lucía, el modelo recibió su propio logotipo que, en lugar del típico carnero de la marca Dodge, mostraba la cabeza de una serpiente en posición de ataque.

El primer modelo del Dodge Viper es un descapotable biplaza

Un deportivo con garra. Ese era el mensaje que transmitía también el diseño del Dodge Viper cuyo imponente frontal estaba caracterizado por sus grupos ópticos que imitaban el aspecto de una serpiente. El primer modelo que abandonó la cadena de montaje en EE. UU. fue un descapotable biplaza con techo de lona de apenas 4,50 metros de longitud denominado Viper RT/10 y que gracias a la utilización de materiales ligeros, como el plástico reforzado con fibra de vidrio en la carrocería y el aluminio en el bloque motor, presentaba un peso inferior a 1,6 toneladas de peso. Los técnicos de Lamborghini se encargaron de que el propulsor V10 de Chrysler montado en el Viper desarrollara una potencia de 300 kW (408 CV) con una cilindrada de 8,0 litros. El Viper equipado con un cambio manual de seis velocidades alcanzaba con esta motorización una velocidad punta de 264 km/h. En los modelos que salieron al mercado a partir del año 1998 la potencia aumentó hasta los 335 kW (456 CV).

La segunda generación del Dodge Viper descapotable muestra aún más garra

Aún más garra demostró tener la segunda generación de descapotables presentada en 2003, la cual contaba con un motor V10 de 8,3 litros de cilindrada modificado bajo la batuta de Daimler y Chrysler. Revisado ligeramente en términos estéticos, el nuevo Viper descapotable desarrollaba ahora 372 kW (506 CV), lo que le permitía registrar una velocidad punta de 300 km/h. En 2008, Chrysler apostó para esta serie de modelos por un motor de 8,4 litros que desarrollaba una potencia de 441 kW (600 CV) y que impulsaba al Viper hasta los 325 km/h. Sin embargo, el mercado norteamericano no llegó a disfrutar de esta versión del Viper. Las versiones coupé del Dodge Viper Dos años después del inicio de la nueva serie de modelos, es decir, en 1996, Chrysler presentó el Dodge Viper GTS, una versión cerrada del famoso descapotable. Durante los dos primeros años de producción se recurrió a un motor V10 de 282 kW (384 CV), aunque en 1998 éste fue sustituido también en el coupé por la motorización superior de 335 kW (456 CV). Con este propulsor surgido de la colaboración entre Chrysler y Lamborghini el Viper GTS alcanzaba una velocidad máxima de 295 km/h. La segunda generación del coupé comercializado con la denominación Viper SRT llegó en el año 2006 con la motorización de la versión descapotable. En Europa, no obstante, este nuevo coupé solo estaba disponible como coche de importación.

El placer de una conducción deportiva sin intervención de sistemas de ayuda electrónicos

Los conductores de un Viper no necesitaban tener ninguna experiencia en conducción deportiva mientras no dejaran su preciada joya en manos de algún preparador, ya que estos eran capaces de extraer aún más potencia del propulsor de serie de 600 CV de potencia y 760 newtons/metro (Nm) de par motor. En este caso, cualquier experiencia en el manejo de deportivos era bienvenida, puesto que los ingenieros habían prescindido en un primer momento, y de forma consciente, de cualquier sistema de ayuda a la estabilidad y la frenada. No fue hasta el año 2001 cuando el Viper comenzó a disponer de serie de un sistema de frenos con ABS.