BMW 750

En el aspecto estético, el BMW 750 se diferenciaba de los modelos más pequeños por su parrilla típica de BMW, aunque más ancha, con la que a principios de los años 90 también se equiparon los modelos de 8 cilindros. El BMW 750 se comercializaba con un cambio automático y en dos versiones de carrocería: en la variante berlina de 4,91 metros de longitud y en la versión más larga de 5,02 metros de longitud.

El nuevo motor del BMW 750 también lo utiliza Rolls-Royce

A partir de 1994 los de Baviera mejoran una vez más su modelo superior. Éste se equipa a partir de entonces con un motor de 5,4 litros de cilindrada y 240 kW (326 CV) de potencia, un propulsor que también montaba la casa Rolls-Royce en su modelo Silver Seraph. La nueva versión del BMW 750 sirvió también como base para el diseño del deportivo BMW Alpina B 12 producido por el fabricante Alpina. Coincidiendo con la cuarta generación de la Serie 7, en 2005 el fabricante alemán adaptó las motorizaciones del BMW 750 a los nuevos requisitos impuestos por el mercado. Todavía se exigía potencia, aunque la optimización del consumo pasó a ocupar un lugar preferente.

El nuevo motor V8 del BMW 750 permite reducir el consumo

El objetivo de los ingenieros era mantener las características de rendimiento y reducir el consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes. Este planteamiento se plasmó el BMW 750 en una reducción en el número de cilindros (de 12 pasaron a ser sólo 8) y en una limitación de la cilindrada (de 5,4 litros a tan sólo 4,7 litros). A pesar de todo, la nueva máquina del BMW 750 desarrollaba 270 kW (367 CV), es decir su potencia era mayor que la de su predecesor. Además, el carácter dinámico del BMW 750 se mantuvo intacto. La aceleración de 0 a 100 km/h se desarrollaba en 5,9 segundos y su par motor máximo alcanzaba los 490 Nm. Gracias a la nueva tecnología, el consumo se redujo hasta los 11,4 litros. Las emisiones de CO2 eran de 266 g/km.

Más potencia con el mismo consumo gracias a la tecnología biturbo

La siguiente generación del BMW 750 (fabricada a partir de 2008) logró mantener esas mismas cifras. Junto con el BMW 740 de 6 cilindros, el BMW 750 con motor V8 era una de las dos variantes de gasolina de la Serie 7 que se comercializaron desde el principio. Gracias a la utilización de dos turbocompresores en el modelo superior, el BMW 750 volvió a mejorar sin problemas sus cifras de rendimiento. Ahora los motores de los nuevos modelos desarrollaban 300 kW (407 CV) con un par motor máximo de 600 Nm, con el que el BMW 750 aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos.