Aston Martin One-77

En torno al cambio de milenio, cuando el fabricante Aston Martin –que a partir del año 2007 volvería a ser una empresa independiente– todavía pertenecía al grupo Ford, aún se trabajaba en la nueva imagen de esta marca de gran tradición. El nuevo lenguaje creativo del diseñador de Jaguar Ian Callum y del diseñador de automóviles danés Henrik Fisker pudo contemplarse por primera vez en el año 2004 en un modelo de serie, el Aston Martin DB9. A partir de entonces, la gama de modelos del fabricante se amplió sucesivamente sobre la base de este coupé. Con el Aston Martin DB9 Volante primero llegaría al mercado un descapotable de la serie. Poco después haría su entrada el Aston Martin DBS (2007), que se convirtió en el nuevo buque insignia de la marca y también se comercializaba en versión cabrio y coupé. El Aston Martin Rapide de cuatro puertas llegó en el año 2009 para entrar a formar parte de la clase de los Gran Turismo. Ese mismo año los británicos presentaron un superdeportivo con la denominación Aston Martin One-77.

Del Aston Martin One-77 solo se fabricaron 77 unidades

Para los últimos modelos mencionados, el diseñador británico Marek Reichmann decidió continuar desarrollando las novedades ideadas por sus predecesores. En lo que respecta a los modelos de fabricación en serie convencionales, Reichmann siguió apostando por formas aptas para todos los públicos, contenidas y elegantes, y que constituían la seña de identidad de los modelos de Aston Martin desde su fundación en el año 1913. En este sentido, para muchos la presentación en 2009 del Aston Martin One-77 surgido de la pluma del Reichmann fue toda una sorpresa. La dinámica agresiva que exhibía este coupé fabricado en una serie pequeña de tan solo 77 unidades diferenciaba en gran medida al One-77 de todos los demás modelos de la marca.

El coupé Aston Martin One-77, un superdeportivo

Con el Aston Martin One-77 los británicos presentaron un coupé que mostraba claras similitudes de estilo con las demás series de esa época. Sin embargo, con su puesta en escena el Aston Martin One-77 dejaba claro a qué categoría pertenecía: los superdeportivos. Su enorme y profunda parrilla enrejada, los canales de ventilación integrados en el faldón delantero y estéticamente en las ópticas delanteras, así como sus imponentes entradas de ventilación situadas en los laterales y que ocupaban gran parte de la superficie de las puertas reafirmaban esta sensación.

El Aston Martin One-77 desarrolla hasta 760 CV

El exquisito diseño del coupé no estaba pensado únicamente como truco de marketing. También tenía que ver con las particularidades técnicas de este peso ligero fabricado en carbono y aluminio y que contaba con uno de los motores de serie más potentes del mundo. Su propulsor V12 de 7,3 litros de cilindrada ponía a disposición del conductor 559 kW (760 CV), lo que permitía al Aston Martin One-77 de 1,5 toneladas de peso acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos sin necesidad de ningún turbo.