Forma parte integral del sistema de ventilación y calefacción en todos los vehículos modernos, permitiendo ajustar la temperatura interior según la época del año. Con ello se consigue mantener un ambiente cómodo y agradable durante la conducción tanto para el conductor como para los pasajeros.
Los componentes del aire acondicionado
El funcionamiento del aire acondicionado del coche se asemeja al de un frigorífico y consiste en un circuito cerrado que incluye varios elementos básicos: un compresor accionado por el motor a través del embrague electromagnético, un condensador, un filtro secador, una válvula de expansión hacia la cual bombea el compresor, un evaporador, un ventilador, un sensor de temperatura del evaporador y un gas refrigerante, en este caso, freón.
Funcionamiento del aire acondicionado del coche
La peculiaridad de este tipo de aparato desde un punto de vista técnico es que, para funcionar, su mecanismo no utiliza la energía eléctrica, sino la potencia del motor de combustión interna. Todo el proceso se basa en la sucesiva compresión y descompresión de freón por parte del compresor que, impulsado por el motor, hace circular el gas refrigerante a través del circuito. Una vez comprimido, el freón se calienta y antes de salir del compresor hacia la válvula de expansión pasa por el condensador donde se enfría de nuevo y se convierte en líquido. A continuación, el refrigerante en estado líquido entra en el secador donde pasa por el proceso de filtrado, en el que se eliminan los productos residuales del compresor y cualquier otro tipo de suciedad que pueda obstruir las mangueras y empeorar el funcionamiento del aire acondicionado del coche. Después de salir del filtro secador, el freón líquido se dirige hacia la válvula de expansión y, al cruzarla, entra en el evaporador donde vuelve a estado gaseoso y se enfría de nuevo. Saliendo del evaporador, el gas refrigerante ya está listo para volver a entrar en el compresor y repetir el ciclo.
Cómo hacer que enfríe más el aire acondicionado: consejos útiles
El primer consejo es que, de vez en cuando y solo por unos minutos, se encienda el aire acondicionado también en invierno. Con ello se evita que sus conductos se oxiden o se resequen por falta de uso. En segundo lugar, hay que prestar la debida atención a su limpieza, lo que significa mantener limpio sobre todo el condensador. También es muy recomendable comprobar de vez en cuando la integridad de las mangueras, ya que en caso de microroturas habrá fugas de gas refrigerante con la consiguiente pérdida de la eficiencia de todo el aparato. Si no hay roturas, pero el aire acondicionado no enfría bien esto significa que el nivel de gas es bajo y hay que recargarlo. También es necesario cambiar los filtros de forma periódica y evitar que el aparato trabaje a máxima potencia: la temperatura ideal dentro del coche es de 22 grados. Además, a temperaturas inferiores el consumo de combustible aumenta hasta un 20 %.